La sirenita: una heroína rebelde 

(Ariadna Reyes)

La sirenita es un cuento de Hans Christian Andersen escrito en 1837. Al igual que gran parte de los cuentos de hadas, aborda temas como el anhelo de libertad y el despertar sexual. No obstante, también toca un tema considerado tabú durante los últimos tiempos: la muerte del héroe. En ocasiones se dice que la presencia de un protagonista que perece puede resultar perturbador o traumático para los lectores infantiles; sin embargo, resulta difícil de asimilar en todas las edades ya que es un recordatorio de nuestra propia finitud. 

Ahora bien, en buena parte de las reescrituras cinematográficas, teatrales o narrativas el final de la sirenita cambia: no es rechazada por su gran amor ni convertida en espuma de mar, si no que su cometido se logra y se vuelve humana. Se podría pensar que se debe a este deseo de dulcificar la historia, de volverla entrañable. Otros argumentarán que es mejor la versión original por su crudeza y, hasta cierto punto realismo. No obstante, se trata de un tercer punto: el cambio de final es una estrategia necesaria para las nuevas generaciones, dado que se exige un mensaje diferente: la búsqueda de libertad y autonomía del adultocentrismo no tiene porqué merecer un castigo.

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Un ejemplo concreto es el filme Ponyo o El secreto de la sirenita para Latinoamérica, de los aclamados estudios Ghibli. Esta película es un producto transmedia que toma como prototexto el cuento de Andersen y, quizás la versión de Walt Disney también. Empero, Miyazaki presenta a la sirenita como una pequeña muy poderosa, aventurera y astuta que desea liberarse de la sobreprotección de su padre, quien la mantiene aislada. Es así como decide huir en busca de Sosuke, un niño de cinco años que también es valeroso, autosuficiente y con gran inteligencia emocional para comprender su entorno y apoyar a sus padres. Ambos se envuelven en una travesía dónde demuestran que son capaces de contrariar a sus familias de forma inteligente, ya que los adultos no son aquella figura perfecta que ciertos medios culturales retratan. Al final, Ponyo consigue sus dos grandes objetivos: ser humana y el respeto de sus padres, quienes ahora la ven como una igual. 

Así pues, el desenlace que difiere al Andersen más allá de edulcorar o evitar el tema de la muerte, abre nuevas posibilidades para pensar la infancia. Muestra que los niños pueden ser rebeldes, atrevidos e insurrectos porque tienen la capacidad de pensar por sí mismos y están al mismo nivel que los adultos. Por ello es tan importante que la sirenita triunfe y alcance la tan deseada libertad sin que ello implique un rechazo completo a sus padres, familia y amigos. Una libertad que implica respeto y valoración.

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Ariadna Reyes: Estudia Literatura Latinoamericana en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. Es fan de los libros-objeto, las ilustraciones, la literatura fantástica y buena parte de las películas de superhéroes. A veces escribe sobre LIJ, pero siempre sobre sí misma.

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